El cantante británico Harry Styles ha vuelto al centro de atención, pero esta vez no con un nuevo álbum ni con una película, sino con una propuesta íntima, provocadora y sin precedentes: su propia línea de juguetes sexuales, bajo el nombre Pleasing Yourself.
El artista, conocido por romper esquemas de género, promover el amor libre y abogar por el bienestar emocional, amplía ahora su universo como empresario.
Lo hace con una propuesta que combina diseño, inclusión y salud sexual, rompiendo tabúes dentro del mundo del espectáculo y del bienestar personal.
De la belleza al placer: la evolución de Pleasing
Pleasing Yourself es una nueva extensión de la marca Pleasing, con la que Styles ya había incursionado en el mercado de productos de belleza como esmaltes de uñas y cremas faciales.
Sin embargo, esta nueva línea va un paso más allá, entrando directamente en el terreno del placer íntimo y el autocuidado sexual.
La estrella del catálogo es un vibrador de doble extremo, elegante y compacto, disponible en tonos pastel, pensado para integrarse naturalmente en la vida cotidiana. Además, la línea incluye un lubricante de silicona de grado médico, aprobado por la FDA, ideal para quienes buscan una experiencia segura y placentera.
Una campaña enigmática que desató especulaciones
Durante semanas, las redes sociales estuvieron agitadas por una serie de publicaciones misteriosas: un teléfono rojo sonando, imágenes sensuales y frases intrigantes.
La comunidad de fans se llenó de teorías: ¿sería un nuevo álbum?, ¿una colaboración de moda?, ¿una película?
La sorpresa fue revelada oficialmente el 24 de julio, cuando Pleasing Yourself fue presentado al mundo.
El anuncio vino acompañado de un video críptico en el que un hombre —presuntamente Styles— contesta el teléfono y susurra: “Please yourself like you mean it” (“Complácete con convicción”).
Una declaración sobre libertad y bienestar
Más allá de lo comercial, el lanzamiento ha sido interpretado como una declaración de principios.
En lugar de reaparecer con música o cine, Styles elige hablar de autoplacer, libertad sexual y amor propio, reafirmando su compromiso con un discurso moderno, sin tabúes y profundamente humano.
Con este paso, Harry Styles no solo redefine lo que significa ser una estrella pop, sino que transforma un objeto íntimo en un símbolo de cultura, inclusión y empoderamiento.